La mirada de los otros posiblemente también sea la mía.

16.12.05

ayudar


El maestro volvía de su paseo por el campo. A lo lejos, vio a su discípulo sentado, apartado de todos, murmurando cosas.

- ¿Qué ocurre? ? le preguntó
- Ah, maestro. Perdone, pero hay algo que no alcanzo a comprender.
- ¿El que? Si se puede saber?
- Maestro, usted me ha enseñado que uno debe ayudar siempre a quien lo necesita, y yo siempre lo he hecho.
- Cierto.
- Sin embargo, ahora soy yo quien necesita ayuda, y nadie me la ofrece. ¿Por qué maestro? ¿Acaso no fui lo suficientemente bueno?

El maestro lo miró por un instante, y le respondió:

- Estoy seguro de que si lo fuiste, pero dime, ¿hubo gente a la que no ayudaste?
- Imagino que sí. Aunque quisiera no podría ayudarlos a todos.
- Y esa gente, ¿piensas que te guarda algún rencor?
- Espero que no maestro, yo no les he hecho nada malo.
- ¿Entonces por qué guardas rencor a quien no te ayuda? No son tan diferentes a ti.

Su discípulo se quedó callado, asintió con la cabeza y se levantó para volver con el resto de la gente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa foto...

Buscaré un lugar, una calle, un gesto, una espera, un maestro, quizás yo ...un discípulo

Datos personales