La mirada de los otros posiblemente también sea la mía.

18.10.05

2 cor 4,16


Para madurar, para llegar al propio fondo del alma, es preciso pasar a través de la estrechura de dos piedras; no se pueden seguir constantemente nuevos métodos de madurez humana o espiritual. Esto sería solamente huir ante la apertura.En un momento cualquiera hay que tener el valor de pasar a través de la estrechura aunque con ello se pierda la piel antigua, incluso si se sufren heridas y erosiones. Las decisiones aprietan. Pero sin atravesar esa angostura no se madura, no se renueva. El hombre exterior tiene que ser raspado para que el interior se renueve día tras día.

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