Una sonrisa cuesta poco y produce mucho. No empobrece a quien la da y enriquece a quien la recibe. Dura un solo instante y perdura en el recuerdo eternamente.
De mi infancia recuerdo con atormentadora nostalgia sobre todo los ilimitados tiempos vacíos y aquel estado de gracia que es el gratuito desperdicio de las horas. Es cierto que aquellos vacíos, para mi crecimiento personal, fueron mucho más fecundos que el resto.
La sinergia entre lo que siente el cuerpo y lo que piensa la mente parece, en efecto, ser un gran problema para nuestra cultura, que programa al individuo para que piense en términos idealistas y simplistas respecto a la complejidad de sus sentimientos y emociones.
He sido y aún soy un buscador, pero he dejado de hacerles preguntas a las estrellas y a los libros; he empezado a escuchar las enseñanzas que me susurra mi sangre.
"A fin de tener la libertad necesaria para pintar un árbol o una flor o una puesta de sol, tienen que sentir lo que estas cosas les comunican, el significado, el sentido que tienen. Esto es muy importante: que traten de comunicar el significado de lo que ven y no que meramente lo copien, porque de este modo están abiertos al proceso creativo."
"Como suele suceder con los poderes arquetípicos que mueven nuestro interior, tenemos que haberlos experimentado antes como existentes en nuestro mundo exterior. Todos nosotros hemos proyectado alguna vez hacia otros, las cualidades del Mago, de la Papisa, del Emperador y de la Emperatriz. Al experimentar estas cualidades como pertenecientes (a menudo por error) a personas conocidas, nos dimos cuenta finalmente de que nosotros mismos teníamos en potencia características similares."
Saber lo que realmente experimento en un momento dado no es cosa fácil, pero me alienta la ligera sensación de que, a lo largo de los años, voy aprendiendo a lograrlo. Estoy convencido , sin embargo, de que ésta es una tarea vitalicia y de que nadie llega jamás a acercarse lo suficiente a todo cuanto ocurre en su propia experiencia.
¿ Cómo es posible que la misma realidad se vea a veces con esperanza y otras veces con una mirada llena de inquietud? Y sobre todo, ¿ cómo saber cuál de las dos es justa? La respuesta es clara, nítida: cuando oscilan de una visión a otra, la visión justa es aquella que corresponde al sentimiento relajado, feliz y la visión falsa , aquella que corresponde a una emoción negativa, penosa, que les hace sentirse incómodos.
Yo nunca habría tenido éxito en la vida si no me hubiera dedicado a las cosas más pequeñas con la misma atención y cuidado que le dediqué a las más grandes.
¿De dónde proceden estas agitaciones que envenenan nuestras tentativas de meditación? Swâmiji evocó un dia para mí en qué consistia la Liberación: " He hecho lo que tenía que hacer, he recibido lo que tenía que recibir, he dado lo que tenía que dar"
Nuestras vidas realmente no nos pertenecen, pertenecen al mundo, y a pesar de nuestros esfuerzos por darle un sentido a este, el mundo es un lugar que va más allá de nuestro entendimiento.