La mirada de los otros posiblemente también sea la mía.

3.2.07

sardinas

Mas que el escondite, me gusta el juego llamado Sardinas. En Sardinas, el que para va y se esconde, y todos lo buscan. Cuando uno le encuentra, se queda y se esconde alli con el. Pronto estan todos escondidos juntos, apretujados en un pequeño espacio. Y pronto alguien se rie entre dientes y alguien lanza una carcajada y todos son encontrados. Los teologos medievales describieron incluso a Dios en terminos de escondite, llamandole Deus Absconditus. Pero yo me imagino al viejo Dios como un jugador de Sardina. Y será encontrado de la misma manera que lo es todo el mundo en este juego, por el ruido de la risa de todos los que estan amontonados, por fin.
Robert Fulghun.

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